MÁS SOBRE EL DESASTRE DE ASTRAZENECA
1. Si intentamos sintetizar lo que ha sucedido para que este desastre sea posible, podemos apuntar, fundamentalmente, a la incompetencia manifiesta de los gobiernos europeos a la hora de defender a sus ciudadanos. Ante la disposición de vacunas basadas en décadas de desarrollo como la Sputnik V de Rusia o la Sinovac de China, se decide por razones geopolíticas abordar a toda prisa la distribución de vacunas experimentales como las de Pfizer, Moderna y Astrazeneca. Cualquier cosa antes que permitir que nuestros ciudadanos utilicen vacunas chinas o rusas. Recordemos que las de Pfizer y Moderna son aún más experimentales que la de Astrazeneca, al estar basadas en una tecnología inexplorada como es la del ARN mensajero.
2. Independientemente del daño ya generado, todo esto va a retrasar el proceso de vacunación, no sabemos durante cuánto tiempo, en un momento clave para el relanzamiento económico de nuestros países.
3. Por supuesto, esto no hubiera sido posible sin la desesperante falta de profesionalidad de “nuestros” medios de comunicación. Y sin la ya habitual ausencia de oposición política, en un espectro ideológico aparentemente de izquierda, derecha y centro, pero en el que todas las opciones se mantienen fieles y sumisas a los intereses de las grandes corporaciones.
4. Como siempre, lo más importante es qué hacer a partir de ahora. Como sucede desde el estallido de COVID-19, vivimos sumergidos en un mar de dudas. Vamos a intentar partir de lo que parece que, una vez transcurrido un año, ya sabemos.
5. Todo parece indicar que las medidas que han hundido nuestra economía han sido el resultado de una sobrerreacción frente a una epidemia cuyas características se desconocían. La confusión sobre los verdaderos resultados de confinamientos y restricciones a la movilidad es enorme. Y los resultados no son mejores en los países que las adoptan que en los que no lo hacen. La conclusión parece clara: hay que olvidar este tipo de políticas.
6. Por otro lado, sorprende la escasa atención de nuestros medios y de nuestros líderes políticos a lo que se suponía que era la cuestión clave: el número de plazas de cuidados intensivos. No se entiende cómo este reto no ha tenido prioridad presupuestaria durante los últimos meses y apenas eco en el debate público.
7. En tercer lugar, hay que abrir inmediatamente la puerta a las vacunas rusas y chinas y ofrecer a nuestros ciudadanos cuanto antes esta opción. Más en concreto, no hay ninguna razón para no hacer lo mismo que Hungría y Eslovaquia: olvidar a la Unión Europea y comprar estas vacunas cuanto antes.
8. Por último, las vacunas deben suministrarse de forma voluntaria a los ciudadanos. Y esto supone terminar con la actual presión mediática destinada a crear una obligatoriedad social de hecho. Países con vacunas eficientes como Rusia o China han relajado significativamente sus medidas restrictivas y ofrecen sus vacunas a los ciudadanos sin esta dictatorial presión mediática de los países europeos.
9. En síntesis, desde nuestro punto de vista, éstos deberían ser los retos a abordar de forma inmediata:
A. Maximizar las inversiones en plazas hospitalarias para enfermos de COVID
B. Adquirir de forma inmediata las vacunas rusa Sputnik V y china Sinovac.
C. Ofrecer estas vacunas a los ciudadanos de forma libre y sin la abrumadora presión mediática actual.
D. Terminar con las medidas de confinamientos y restricciones a la movilidad, responsables fundamentales del hundimiento económico.